El perfume
Un basurero que caminaba por la calle de los perfumistas cayó como si estuviera muerto. Intentaron reanimarlo con delicados aromas, pero sólo consiguieron empeorarlo. Por fin, apareció otro basurero que comprendió lo que ocurría. Colocó una inmundicia debajo de la nariz del hombre, y éste revivió inmediatamente, exclamando: ¡He aquí una verdadera fragancia!
Debes prepararte para la transición en la cual no encontrarás nada de aquello que conoces. Después de la muerte tu identidad deberá responder a estímulos que tienes la oportunidad de gustar previamente aquí. Si permaneces aferrado a los pocas cosas con las cuales estás familiarizado, eso sólo te acarreará desdichas, como el aroma se las acarreó al basurero en la calle de los perfumistas.
Ghazali, en Cuentos derviches, de Idries Shah
Información ofrecida por la Asociación Cultural Nueva Acrópolis - Málaga