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Los Mapas de Piri Reis


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En 1929, al acometer la remodelación del palacio Topkapi de Estambul para convertirlo en museo de antigüedades, entre los olvidados fondos del patrimonio se hallaron unos enigmáticos mapas que permanecían abandonados en las estanterías, los cuales se atribuyeron a un cartógrafo turco llamado Piri Reis. Aquellos mapas, reflejaban perfectamente las costas limítrofes del mar Atlántico con una precisión inigualable, que en muchos casos superaba los actuales conocimientos. ¿Cómo pudieron realizarse en el siglo XVI mapas de unas costas aún no descubiertas?

El más relevante de los mapas de Piri Reis, fechado en 1513, representaba el mar Atlántico, con detalles precisos de la línea de costa de España, del perfil occidental de África, del continente Antártico hasta debajo de África, aunque aparecía unido a las costas orientales de Sudamérica, así como del mar Caribe con sus islas principales. En otro mapa, fechado en 1528 se incluía además Groenlandia y una parte de Canadá, Terranova y la costa oriental de Norteamérica, desde la península del Labrador a la península de Florida. Aparecían, también, las islas del Atlántico perfectamente detalladas como Azores, Madeira, las Islas Canarias, Cabo Verde, Haití, Malvinas, etcétera, y una isla hoy desaparecida, rodeada de otras islas menores formando un archipiélago, situada a mitad de camino entre África y Sudamérica a la que se denominaba como Antilia.

El almirante Piri Reis, era un militar otomano que en 1507 había capturado siete buques españoles. En uno de ellos, halló en poder de un marinero mapas que se atribuían a Colón, dado que le había acompañado en tres de sus viajes. En 1513, Piri Reis ofreció como regalo al sultán Selim I un mapamundi, dado que en aquel entonces ya gozaba de un justo reconocimiento como cartógrafo, pues anteriormente había confeccionado hasta 210 mapas, que conformaban una colección ó bahriye denominada "El libro de los Mares".

Dichos mapas estaban confeccionados sobre piel de gacela, delineados con gran profusión de colores, al pie de los cuales su autor anotaba algunos comentarios. Al decir de Piri Reis, la confección de los mapas se había basado en otras cartografías anteriores que había hallado en la Biblioteca Imperial de Constantinopla. En alguno de los mapas del bahriye, se citaba expresamente que se habían utilizado más de 20 planos de la época de Alejandro Magno, sacados de la Bilioteca de Alejandría. Es decir, cuanto menos aquellos mapas que sirvieron de modelo a Piri Reis eran del siglo IV a.C. ¿Serían conocidos también en la época helénica las costas de tan lejanos continentes?

Las más prestigiosas bibliotecas y museos hicieron copias de dichos mapas, aunque, hasta después de 1950 los investigadores no repararon en las maravillas que contenían. Charles H. Hapgood, profesor de Historia de la Ciencia de New Hampshire, y prestigioso cartógrafo, encargó a las fuerzas aéreas estadounidenses que comprobaran los perfiles de la costa antártica que aparecían en el mapa de Piri Reis. En sus informes, el teniente coronel Harol Z. Ohlmeyer, indicaba que las costas delineadas no coincidían con la superficie cubierta por los hielos actualmente, aunque sí representaban fielmente la forma que de hecho mantienen las tierras bajo la capa de hielos. A pesar de que el espesor promedio de los hielos es de unos 1600 m, Ohlmeyer afirmó que aquellas tierras habrían sido cartografiadas antes de que las cubrieran los hielos.

Charles H. Hapgood, tal vez uno de los mayores científicos del siglo XX, que gozó de la amistad y el apoyo de Albert Einstein en sus teorías, supo apreciar en su justo valor dichas afirmaciones. Como gran estudioso de los períodos glaciares, así como de las grandes alteraciones climáticas del planeta debidas a los cuatro grandes cambios de posición de los polos, confirmó que las tierras de la Antártida, habían disfrutado de climas templados al menos cuatro veces en el último millón de años. En el período más reciente, entre 6.000 a 15.000 años estuvo sometida a temperaturas más templadas, y según explica en su libro "La corteza terrestre se desplaza" se debe considerar que las tierras de la Antártica estuvieron totalmente libres de hielos, aproximadamente, hace unos 10.000 años. Los ríos debían correr en aquel entonces por la superficie del continente austral, tal como se refleja exactamente en el mapa de Piri Reis, lo cual ha sido debidamente contrastado por la existencia de sedimentos de aluvión.

Hapgood confirmó también que en aquellos tiempos el final del continente sudamericano, conocido como la Tierra de Fuego, había estado en su día unido al continente antártico, tal como reflejaba exactamente el mapa de Piri Reis. Con motivo del Año Geofísico Internacional de 1957, Lineham, cartógrafo de la marina estadounidense, ratificó las investigaciones de Hapgood, pues recientemente se habían podido corroborar utilizando métodos sísmicos, sondas acústicas enviadas desde buques, cámaras de infrarrojos, fotos aéreas, y con el aporte de varias expediciones científicas en torno a 1950, y apuntaba además, que dichos mapas difícilmente podrían realizarse sin la ayuda de un aeroplano.

Debe hacerse notar, que esta zona, aunque fuera atravesada anteriormente por Magallanes, no fue bien explorada hasta 1578 por el pirata Drake, ni tampoco fue descubierta oficialmente la Antártida hasta 1820. Por todo ello, Hapgood decía que estos mapas debían provenir de antiguas culturas o civilizaciones hoy desconocidas.

En el seno del Año Geofísico Internacional, ante la evidencia de tantas pruebas, la comunidad científica admitió la existencia de un continente en mitad del Océano Atlántico, aunque no se pudiera demostrar todavía que estuviera habitado. Por lo tanto, aunque suele desconocerse este dato, oficialmente, se admitió la existencia del continente atlante entre América y las costas de Europa y África.

[Platón ya afirmaba que la isla principal era mayor que Libia y Asia reunidas, que de ella los viajeros podían pasar a otras islas y desde éstas a un vasto continente situado más allá? ¿Se correspondería su forma con la isla dibujada en el centro del océano, a la cual Piri Reis denomina como Antilia?... ¿Son las Antillas parte de aquel otro archipiélago original?... ¿Serán llamadas, entonces, las Islas Canarias como "islas afortunadas" por haber eludido el cataclismo atlante?]

Es sorprendente comprobar que, en los mapas de Piri Reis, las distancias entre los continentes ribereños del Atlántico presentan una gran exactitud, a pesar de las dificultades para medir la longitud y la latitud en alta mar aún en el siglo XVI. Además, dichos mapas, aparentemente deformados, cuando se lleva su representación a la curvatura esférica de la tierra encajan perfectamente con las distancias reales, lo cual implica un conocimiento práctico y cotidiano de la esfericidad del planeta. Más sorprendente puede resultar la afirmación de Maurice Chantelain, científico espacial francés, quien indica que las tierras se hallaban representadas en el mapa de Piri Reis tal como aparecerían vistas desde una distancia considerable, es decir, como si fueran el fruto de una moderna planimetría lograda mediante una foto aérea, realizada con un vuelo cuyo enfoque se hallara situado, a una altura de 4.300 m, sobre la zona de El Cairo.

La escala y las medidas utilizadas en los mapas parecen expresadas con relación a un estadio, medida griega equivalente a 186 m, lo cual confirmaría su procedencia de mapas de la época de Alejandro Magno, es decir, del siglo IV a.C., aunque ello no descarta que en la época helénica se tuviera acceso a las cartas de los marinos fenicios y cartagineses, los cuales se adentraron repetidas veces más allá de las columnas de Hércules, o a las antiquísimas bases cartográficas egipcias. El gran historiador del nuevo mundo, Fray Bartolomé de las Casas, afirmaba que Colón disponía de cartas de navegación de las costas a las que pretendía arribar.

Por un lado, en el famoso mapamundi de Piri Reis se incluyen los descubrimientos más recientes, como las islas del Caribe descubiertas por Colón, y también, las costas de Brasil de la expedición de Cabra del año 1500, con sus topónimos españoles, portugueses o italianos. Por otra parte, aparecen zonas desconocidas o inexploradas, tales como los ríos del Amazonas, Orinoco y Río de la Plata, y también, una cadena montañosa que no puede ser otra que los Andes, dibujada años antes de que fuera explorada la costa Oeste de Sudamérica. No obstante, esta cordillera podría haber sido dibujada basándose en otros mapas que ya la incluyen antes de su descubrimiento, como el de Nicolás de Canerio (1503), Waldseemuler (1507), Clareanus (1510), o el de Stobnicza (1512)...

Por el contrario, a pesar de la exactitud general de las distancias y la fidelidad en las costas, aparece, en mitad del océano, una isla misteriosa que se supone que no existía en el siglo XVI, aunque seguramente debía figurar en los mapas más antiguos de los cuales copió Piri Reis, tal como además indica la tradición.
Por tanto los mapas de Piri Reis son mapas actualizados, mucho más avanzados que las cartografías europeas de su época y los mapas medievales disponibles hasta entonces, como el de Martín Behaim, Toscanelli, etcétera..., y bien podrían ser una representación actualizada con los últimos descubrimientos, sobre una base cartográfica de antiguas civilizaciones.
Aunque Piri Reis en todo momento afirma que su procedencia es sobre todo de los mapas de la época de Alejandro el Grande, o del mapa intervenido a Colón, nada nos impide pensar que ellos -al igual que los cartógrafos citados- tuvieron acceso a mapas anteriores, y aunque ello no resta mérito al valor de sus aventuras y descubrimientos, agranda las sombras de la historia, y deja muchas preguntas sin respuesta?

Raysan


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