Mar de la Serenidad
Amado Nervo
Mis ojos se han vuelto claros
De tanto mirar al mar;
De tanto verlo, en mi vida
Las olas viene y van
Y hay horizontes sin límites,
De severa majestad.
Mi pensamiento antes frívolo,
De tanto mirar al mar,
Se ha vuelto apacible, grave;
Y es tal su profundidad,
Que en vano un buzo de almas
Fondo habría de buscar.
Mis melancolías cantan
Blandamente, como el mar
La misma canción monótona
Al mismo viejo compás.
En mi corazón, enfriado
Por la pena y por la edad,
Reinan la quietud y el hielo
Del océano glacial.
Recogido, silencioso
Esquivo y áspero, está
Como una roca perdida
En la gris inmensidad.
Información ofrecida por la Asociación Cultural Nueva Acrópolis - Málaga