Ver con «el ojo de la mente», nos da unas posibilidades muy superiores al ojo físico, no estamos sujetos al espacio - tiempo, podemos volar, cambiar de forma, etc... Pero nos encontramos con algunos problemas para «vivir» experiencias válidas en ese plano pues lo consideramos «no real» en comparación con el mundo físico, aunque cuando soñamos nos parece tan real como la vida de vigilia.
La imaginación tiene una importancia vital para el desarrollo de nuestra vida y su control; si no pudiésemos imaginar nuestro futuro a través de nuestros proyectos, no seríamos capaces de planear nuestra vida hasta en el más mínimo detalle. Una de las razones principales de fracaso en la vida es la falta de control de la imaginación, de ahí que no podemos desecharla «porque no es real» (cuestión que se podría discutir ampliamente), realizar ejercicios de imaginación, escuchar música sugestiva, que nos libere la mente, etc. debe ser una parte de nuestra formación fundamental.
La imaginación nos da la posibilidad de recordar (viajar al pasado) y enriquecernos con las experiencias que vivimos, lo que nos faculta para saber a quién y qué queremos, donde nos podemos equivocar, etc.
Desgraciadamente la mayoría de la gente no tiene ningún control sobre su imaginación, por lo que así nos va en la vida, para darse cuenta de lo poco que la controlamos intentemos ver con claridad, cerrando los ojos, un triángulo negro sobre un fondo blanco, sin que se mueva, durante un minuto y la mayoría de la gente se sorprenderá de lo difícil que resulta.
El funcionamiento del «ojo de la imaginación» ha sido un misterio para la ciencia durante muchos años, pero últimamente se han hecho importantes avances en este terreno.
Según científicos de la UCLA School of Medicine y del Caltech, existen evidencias de que una serie de neuronas individuales se ven envueltas en el proceso de representar imágenes visuales en la mente. Es así como se pueden generar imágenes sin que nuestros ojos participen para nada en la tarea; las neuronas que muestran actividad cuando vemos algo, volverán a hacerlo cuando tratemos de recordar dicha imagen.
Para investigar este proceso, los científicos registraron la actividad de 276 neuronas individuales durante diversas sesiones. Se grabó la actividad eléctrica de dichas neuronas en nueve pacientes que sufren de epilepsia severa, gracias a pequeñísimos microelectrodos implantados en su cerebro.
Las áreas observadas son aquellas que están relacionadas con la memoria y el comportamiento social. A los pacientes se les pedía que imaginaran o recordaran imágenes previamente visualizadas. Así se comprobó que, en efecto, las neuronas afectadas o que mostraban actividad eran las mismas que actuaron durante la visión directa de la imagen modelo. Las imágenes utilizadas fueron variadas (objetos domésticos, caras, animales, personas famosas, etc.).
Según se avance en estas investigaciones, podremos atajar enfermedades que nos impidan dominar nuestra imaginación y memoria, pero no está de más el ejercitar nuestro dominio, lo que seguramente ayude a que no aparezcan las enfermedades de este tipo.